miércoles, 17 de marzo de 2010

NANOTECNOLOGIA Y NUEVOS TRATAMIENTOS CONTRA EL CANCER

Según un artículo en Technology Review, esta semana por primera vez un equipo de investigación de la empresa Nanospectra Biosciences (un spinoff de la Rice University) ha logrado un avance científico que permitirá crear una "bala mágica", algo que los investigadores trabajando en tratamientos contra el cáncer llevan años intentando desarrollar. La idea es crear un tipo de bala que selecciona y destruye células cancerígenas.
El equipo de Nanospectra ha logrado desarrollar nanpartículas de cristal bañadas en oro capaces de invadir un tumor y, cuando se calientan a través de un sistema remoto, capaces de destruirlo. La clave del alto grado de efectividad de este nuevo avance se deriva de las dimensiones de las partículas. Las nanopartículas tienen un diámetro de 150 nanometros, que según el equipo de Nanoespectra, es el tamaño ideal para que puedan atravesar los vasos sanguíneos agujereados de un tumor. Esto podría permitir que las partículas se acumulasen en el tumor más que en otros tejidos. Cuando se dirigen rayos de luz infrarrojos a la localización del tumor, bien desde el exterior, o bien a través de una sonda, las partículas absorben la luz y se calientan. El resultado es que los tumores se calientan más que los otros tejidos alrededor, y se mueren. En el primer estudio realizado por la empresa, los tumores en ratones injertados con las nanopartículas desaparecieron a los seis días después de aplicarles el tratamiento de los rayos infrarrojos. Aunque la aplicación de rayos infrarrojos de luz ha sido utilizada en el campo de la medicina como una herramienta para mostrar imágenes, este nuevo avance científico supone la primera vez que se aplican rayos infrarrojos para calentar a los tejidos. En teoría, este nuevo avance tecnológico podría ayudar a eliminar aquellos tumores que caracterizan el cáncer de pecho, próstata y pulmón. La nanotecnología se sumaría así a otros tratamientos contra el cáncer más convencionales como la quimioterapia y la radioterapia. Y, según el presidente de Nanospectra Donald Payne, este nuevo método sería una "herramienta mucho menos tóxica para la caja de herramientas de los cirujanos"

jueves, 4 de marzo de 2010

miércoles, 3 de marzo de 2010

SER FIEL ES SER INTELIGENTE

Un estudio científico concluye que los hombres más inteligentes son menos propensos a engañar a sus mujeres
Los hombres que engañan a sus esposas o novias suelen tener menor coeficiente intelectual, según un estudio publicado en la revista especializada Social Psychology Quarterly.
De acuerdo con el autor del estudio, el especialista en psicología evolutiva de la London School of EconomicsSatoshi Kanazawa, "los hombres inteligentes son más propensos a valorar la exclusividad sexual".
Según el especialista, los hombres que se identifican como liberales, ateos y fieles poseen unos coeficientes intelectuales más altos que los que se definen como creyentes e infieles.
Según la investigación, Kanazawa confirma que "las personas inteligentes son menos propensas a creer en Dios o tienen puntos de vista conservadores".
Kanazawa analizó dos grandes bases de datos estadounidenses: el estudio nacional longitudinal de salud adolescente y la encuesta general social, que miden actitudes sociales y el coeficiente intelectual de adolescentes y adultos.
Al cruzar los datos de ambas investigaciones, el autor observó que las personas que daban importancia a la fidelidad sexual en una relación tenían coeficiente más alto.
Evolución
Kanazawa fue más lejos todavía y dijo que otra conclusión de su estudio es que el comportamiento "fiel" del hombre más inteligente sería una señal de la evolución de la especie.
Su teoría se basa en el concepto de que a lo largo de la historia de la evolución, los hombre siempre fueron "relativamente polígamos" y que eso está cambiando.
Para Kanazawa, asumir una relación monogámica supone una "novedad evolutiva", en oposición al hombre primitivo, que era propenso a la promiscuidad.
Según este razonamiento, las personas más inteligentes tienen a adoptar prácticas más nuevas, por lo tanto, serían "más evolucionadas".
El autor señala que eso se debe a que las personas más inteligentes serían más abiertas a nuevas ideas y se cuestionarían más los dogmas.
Sin embargo, según Kanazawa estos resultados no se aplican a las mujeres ya que ellas siempre fueron relativamente monógamas y por lo tanto esto no supone una evolución.